Las fiestas de San Valentín tienen por estos días inundadas de flores colombianas las calles de Estados Unidos y otros países de Europa. Es una foto multicolor que se repite cada año y que representa cientos de millones de dólares para laindustria floricultora del país. Sin embargo, una nueva actividad agroindustrial florece por estos días en invernaderos, bodegas y laboratorios de Colombia, en buena parte por el dinero que proviene de la Bolsa de Valores de Toronto y al capital acumulado de grandes empresarios del arroz, flores y café, entre otros.
Se trata del cannabis o marihuana legal que se siembra desde hace un par de años, luego de la promulgación de la Ley 1787 de 2016, la cual permite el cultivo y fabricación de insumos y productos de esta planta con propósitos medicinales.
Esta ley fue el detonador para que entre 20 y 30 empresas grandes y medianas construyeran la hoja de ruta científica, legal, tecnológica y comercial para que este negocio germine.
El propósito de esta naciente agroindustria es claro: entrar en la pelea por un mercado global de la marihuana legal que podría alcanzar US$146.000 millones para el año 2025, según un informe de Grand View Research.